La mesa de centro Aruba, como todas las mesas de ese tipo, está vinculada con la historia misma de los seres humanos.
¿Lo imaginabas? ¿Lo sabías? Aquí te contamos el porqué.
En los tiempos iniciales de la humanidad, por la noche las personas se reunían en sus cavernas -o el lugar que habitaran- alrededor del fuego.
El fuego fue dominado por los humanos hace unos 790.000 años.
Ello trajo aparejados cambios profundos en lo referente a la alimentación, la protección contra los animales salvajes del entorno y la lucha contra el frío.
Justamente, el fuego nocturno motivaba un momento de intercambio, en el que se compartía la comida. Y algo aún más importante: las historias.
Allí, cada uno de los presentes contaba lo que vivió: el día a día, las rutinas de la caza y de la recolección. El fuego y la comida eran el centro.
Hay que pensar que, hoy en día, sucede algo similar. Mujeres y hombres se congregan alrededor de una mesa de centro para comer y beber, y para practicar el antiguo rito de contar anécdotas personales, logros, bromas.
La mesa de centro Aruba es el elemento con el que en la actualidad se puede recrear ese ancestral rito.
Es una mesa baja, cuadrada, armoniosa. De medidas generosas, permite apoyar en ella vasos, platos y otros elementos de un almuerzo o una cena.
Su estructura de aluminio hace que resulte resistente a las manchas. A la vez, es liviana y fácil de mover de un lugar a otro. Por otro lado, ese metal tan noble reduce al mínimo el mantenimiento.
Se presenta en tres dimensiones: 60 x 60 x 31 centímetros, 70 x 70 x 36 centímetros y 90 x 90 x 40 centímetros.
La mesa de centro Aruba se puede utilizar tanto en un living o un comedor, como en un espacio al aire libre: en el jardín, la terraza, o cerca de la piscina combinada con loungers.
Su estilo moderno, simple y bello, acompaña cualquier tipo de mueble. Incluso en medio de un mobiliario de líneas clásicas, actúa a modo de contraste.
